viernes, 5 de marzo de 2010

asi

me
tría...

del por qué tomo café y vos no estas acá...

alejandra despertó tarde esa mañana. hubiese elegido seguir durmiendo, paralizar el tiempo dejar que los sueños se apoderaran de su cuerpo indefenso. la cama de dos plazas le quedaba grande, por lo que se estiraba a gusto y remoloneaba hasta la exageración. estaba buscando la excusa perfecta para no despertar. se acordó de mara. seguro la iba a esperar en el café para charlar como de costumbre. también había arreglado para encontrarse con juan, la segunda vez que se verían. en el celular la esperaban tres llamadas perdidas de la oficina. estaba segura que no se levantaría. el cenicero delataba hasta que hora se había quedado escribiendo la madrugada anterior. las ventanas del chat todavía abiertas y la taza de café a medio terminar porque el brote de palabras no le permitía sacar la vista de la pantalla de la computadora y escribir febrilmente como autómata como si alguien estuviese dictándole algo. pero la noche anterior había sido diferente había escrito más de lo que generalmente por noche se había impuesto para terminar su novela. faltaba muy poco para ultimar los detalles de la novela y un desgano profundo la había interpelado a eso de las cinco de la mañana. se tiró a dormir y se dejó amanecer en la cara cuando despertó con el sol de frente. luego de dudar un rato más no encontró una excusa que la retuviese en la cama, al contrario, se dio vuelta, se acostó boca arriba y mirando el techo largamente respiró profundo. ya lo había decidido...

breve reseña

-saltar al vacío saltar al vacío saltar al vacío...- repetía alejandra mientras se asomaba a la cornisa...
el titular de los diarios al día siguiente dirían que fue por un mal de amores. ella sabía que la poesía fue la causa.